tema 1
1. Dios me ama como Padre amoroso y tiene un plan perfecto para mi

Objetivo
Conocer que Dios nos ama de forma personal e incondicional.
Desarrollo del tema
Piensa unos momentos en la siguiente pregunta:
¿Cómo se da la venida de una persona a este mundo?
Escribe algunas ideas.
Medita en los siguientes textos bíblicos (junto a la cita se agregó una pequeña exégesis del Magisterio de la Iglesia a manera de orientación).
1. Dios nos creó a su imagen
Génesis 1:27
Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer.
El que Dios cree al hombre a su imagen y semejanza «significa no sólo racionalidad y libertad como propiedades constitutivas de la naturaleza humana, sino además, desde el principio, capacidad de una relación personal con Dios, como “yo” y “tú” , y por consiguiente, capacidad de alianza, que tendrá lugar con la comunicación salvífica de Dios al hombre» (S. Juan Pablo II, Dominum et Vivificantem, n. 34). A la luz de esta comunicación, realizada en plenitud por Jesucristo, los Santos Padres entendieron que en las palabras «imagen y semejanza» se incluía, por un lado, la condición espiritual del hombre, y, por otro, su participación en la naturaleza divina mediante la gracia santificante. La «imagen» se conservó en el hombre tras la caída original; la «semejanza», en cambio, perdida por el pecado, fue restaurada por la redención de Cristo.
2. Como Padre nos ha dado libertad
Lucas 15:11-15
Jesús dijo también: Un hombre tenía dos hijos.
El menor de ellos dijo a su padre: "Padre, dame la parte de herencia que me corresponde". Y el padre les repartió sus bienes. Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa. Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones. Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos.
3. Me ama con amor eterno
Jeremías 31:3
De lejos se le apareció el Señor: Yo te amé con un amor eterno, por eso te atraje con fidelidad.
Isaías 49:15
¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, yo no te olvidaré!
4. A pesar de nuestra indiferencia, tiene un plan perfecto para cada uno
Jeremías 29:11-13
Porque yo conozco muy bien los planes que tengo proyectados sobre ustedes –oráculo del Señor–: son planes de prosperidad y no de desgracia, para asegurarles un porvenir y una esperanza.
Entonces, cuando ustedes me invoquen y vengan a suplicarme, yo los escucharé; cuando me busquen, me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón.
5. Con todo esto, de mi parte es necesario poner la confianza en el Señor
Salmo 37: 3-6
Confía en el Señor y practica el bien;
habita en la tierra y vive tranquilo:
que el Señor sea tu único deleite,
y él colmará los deseos de tu corazón.
Encomienda tu suerte al Señor,
confía en él, y él hará su obra;
hará brillar tu justicia como el sol
y tu derecho, como la luz del mediodía.
En este salmo el cristiano escucha la voz de Jesucristo que ha prometido la tierra, la vida eterna, a los mansos de corazón (cfr Mt 5,5), es decir, a quienes confían en Dios y no se irritan ante el actuar de los impíos. Dios hace partícipes de los bienes de su salvación —la tierra prometida— a aquellos que confían en Él y viven según sus mandatos, pero no a aquellos que usan la violencia y la injusticia para adueñarse de los bienes de la tierra.
Profundización
El hombre es racional, y por ello semejante a Dios; fue creado libre y dueño de sus actos. CEC 1730.
El amor es la vocación fundamental e innata de todo ser humano” (FC 11)». CEC 2392
Porque Dios nos ha puesto en el mundo para conocerle, servirle y amarle, y así ir al cielo. CEC 1721
De todas las criaturas visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador" (GS12,3); es la "única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma" (GS 24,3); sólo él está llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios. CCE 356
Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas; y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar. CEC 357
Dios creó todo para el hombre (cf. GS 12,1; 24,3; 39,1), pero el hombre fue creado para servir y amar a Dios y para ofrecerle toda la creación. CEC 358
La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual. Por tanto, el hombre en su totalidad es querido por Dios. CEC 362
El cuerpo del hombre participa de la dignidad de la "imagen de Dios": es cuerpo humano precisamente porque está animado por el alma espiritual, y es toda la persona humana la que está destinada a ser, en el Cuerpo de Cristo, el templo del Espíritu. CEC 364
La Iglesia enseña que cada alma espiritual es directamente creada por Dios. CEC 366.
"Espíritu" significa que el hombre está ordenado desde su creación a su fin sobrenatural, y que su alma es capaz de ser sobreelevada gratuitamente a la comunión con Dios. CEC 367
El hombre y la mujer son creados, es decir, son queridos por Dios: por una parte, en una perfecta igualdad en tanto que personas humanas, y por otra, en su ser respectivo de hombre y de mujer. "Ser hombre", "ser mujer" es una realidad buena y querida por Dios: el hombre y la mujer tienen una dignidad que nunca se pierde, que viene inmediatamente de Dios su creador (cf. Gn 2,7.22). El hombre y la mujer son, con la misma dignidad, "imagen de Dios" . En su "ser-hombre" y su "ser-mujer" reflejan la sabiduría y la bondad del Creador. CEC 369.
El primer hombre fue no solamente creado bueno, sino también constituido en la amistad con su creador y en armonía consigo mismo y con la creación en torno a él. CEC 374
Nuestros primeros padres Adán y Eva fueron constituidos en un estado "de santidad y dejusticia original". Esta gracia de la santidad original era una "participación de la vida divina". CEC 375
La revelación nos da a conocer el estado de santidad y de justicia originales del hombre y la mujer antes del pecado: de su amistad con Dios nacía la felicidad de su existencia en el paraíso. CEC 384
Para finalizar
Salmo 139, 1-16
Señor, tú me sondeas y me conoces
tú sabes si me siento o me levanto;
de lejos percibes lo que pienso,
te das cuenta si camino o si descanso,
y todos mis pasos te son familiares.
Antes que la palabra esté en mi lengua,
tú, Señor, la conoces plenamente;
me rodeas por detrás y por delante
y tienes puesta tu mano sobre mí;
una ciencia tan admirable me sobrepasa:
es tan alta que no puedo alcanzarla.
¿A dónde iré para estar lejos de tu espíritu?
¿A dónde huiré de tu presencia?
Si subo al cielo, allí estás tú;
si me tiendo en el Abismo, estás presente.
Si tomara las alas de la aurora
y fuera a habitar en los confines del mar,
también allí me llevaría tu mano
y me sostendría tu derecha.
Si dijera: «¡Que me cubran las tinieblas
y la luz sea como la noche a mi alrededor!»,
las tinieblas no serían oscuras para ti
y la noche será clara como el día.
Tú creaste mis entrañas,
me plasmaste en el seno de mi madre:
te doy gracias porque fui formado
de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas son tus obras!
Tú conocías hasta el fondo de mi alma
y nada de mi ser se te ocultaba,
cuando yo era formado en lo secreto,
cuando era tejido en lo profundo de la tierra.
Tus ojos ya veían mis acciones,
todas ellas estaban en tu Libro;
mis días estaban escritos y señalados,
antes que uno solo de ellos existiera.
Gloria al Padre, y al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos, amén.
Luego puedes dar gracias a Dios por amor y fidelidad:
Gracias Padre porque me amas con amor eterno.
Gracias Padre porque tienes un plan perfecto para mi.
Puedes escuchar este canto y reflexionar en lo que has aprendido.
