tema 4
4. La Fe

Objetivo
Creer que Jesucristo es el único Salvador y que sólo por Él alcanzamos la verdadera felicidad.
Desarrollo del tema
Piensa unos momentos en la siguientes preguntas:
¿Qué aspectos involucra confiar en una persona?
¿Cuánto tiempo se requiere para conocer a alguien?
¿Cuánto confías en Dios?
¿Cómo te imaginas el Reino de Dios?
Medita en los siguientes textos bíblicos (junto a la cita se agregó una pequeña exégesis del Magisterio de la Iglesia a manera de orientación).
1. Jesús es el Verbo eterno de Dios
Juan 1, 1-5. 9-14. 16-18
Su Palabra, expresión de su Pensamiento, que, enviado al mundo comunica a los hombres, mediante sus palabras y sus obras, la verdad sobre Dios y sobre Él mismo, y la vida eterna.
Se proclama la divinidad de Jesucristo (v.1), su participación en la obra creadora (v.3), su acción peculiar de iluminar interiormente a los seres racionales (vv. 4-5), su venida al mundo y su rechazo por parte de éste (vv. 9-11), los dones que otorga a quienes le reciben (vv. 12-13) la debilidad con la que habitó entre nosotros manifestando en ella su gloria divina (v.14) y la misericordia salvadora de Dios que sólo Él puede dar a conocer (vv. 16-18).
2. Es el Camino para ir al Padre
Juan 14, 6
Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí.
Las palabras de Jesús al responder: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (v. 6), van más allá de la pregunta de Tomás. Ser la Verdad y la Vida es lo propio del Hijo de Dios hecho hombre, del que San Juan dice en el prólogo a su evangelio que está «lleno de gracia y de verdad» (1,14). Él es la Verdad porque con su venida al mundo se muestra la fidelidad de Dios a sus promesas, y porque enseña verdaderamente quién es Dios y cómo la auténtica adoración ha de ser «en espíritu y en verdad» (4,23). Él es la Vida por tener desde toda la eternidad la vida divina junto al Padre (cfr 1,4), y porque nos hace, mediante la gracia, partícipes de esa vida divina. Por todo ello dice el evangelio: «Ésta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien Tú has enviado» (17,3). Con su respuesta, Jesús está «como diciendo: ¿Por dónde quieres ir? Yo soy el Camino. ¿Adónde quieres ir? Yo soy la Verdad. ¿Dónde quieres permanecer? Yo soy la Vida. Todo hombre alcanza a comprender la Verdad y la Vida; pero no todos encuentran el Camino. Los sabios del mundo comprenden que Dios es vida eterna y verdad comprensible; pero el Verbo de Dios, que es Verdad y Vida junto al Padre, se ha hecho Camino asumiendo la naturaleza humana. Camina contemplando su humildad y llegarás hasta Dios» (S. Agustín). «Si buscas, pues, por dónde has de ir, acoge en ti a Cristo, porque Él es el camino (…). Es mejor andar por el camino, aunque sea cojeando, que caminar rápidamente fuera del camino. (Sto. Tomás de Aquino).
3. Lo que ocurre en el Reino de Dios
Mateo 11, 4-5
Jesús les respondió: «Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven:
los ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres.
4. La fe
Hebreos 11, 1-3
Ahora bien, la fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven. Por ella nuestros antepasados fueron considerados dignos de aprobación. Por la fe, comprendemos que la Palabra de Dios formó el mundo, de manera que lo visible proviene de lo invisible.
Es la certeza firme respecto a las promesas divinas y una posesión anticipada de los bienes celestiales. Es necesaria la confesión de la existencia de Dios y la creación del mundo a partir de la nada.
5. La fe nos lleva a la salvación
Marcos 1, 15
«El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia».
Efesios 2, 8
Porque ustedes han sido salvados por su gracia, mediante la fe. Esto no proviene de ustedes, sino que es un don de Dios.
Profundización
«El hombre, al creer, debe responder voluntariamente a Dios; nadie debe ser obligado contra su voluntad a abrazar la fe. En efecto, el acto de fe es voluntario por su propia naturaleza» (DH 10; cf. CDC, can.748,2). «Ciertamente, Dios llama a los hombres a servirle en espíritu y en verdad. Por ello, quedan vinculados en conciencia, pero no coaccionados [...] Esto se hizo patente, sobre todo, en Cristo Jesús» (DH 11). En efecto, Cristo invitó a la fe y a la conversión, Él no forzó jamás a nadie. «Dio testimonio de la verdad, pero no quiso imponerla por la fuerza a los que le contradecían. Pues su reino [...] crece por el amor con que Cristo, exaltado en la cruz, atrae a los hombres hacia Él» (DH 11). CEC 160
La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha dicho y revelado, y que la Santa Iglesia nos propone, porque Él es la verdad misma. Por la fe “el hombre se entrega entera y libremente a Dios”. CEC 1814
Para finalizar
Reflexiona en las siguientes preguntas:
¿Cómo me siento al saber que el Reino de Dios está tan cerca?
¿Estoy dispuesto a que Jesús me lleve de su mano hacia una Vida Nueva?
Oración
Jesús, yo creo que Tú eres el Hijo de Dios vivo, por quien se hicieron todas las cosas, la luz que vino al mundo para iluminar mis tinieblas y mostrarme el verdadero camino hacia la patria celestial.
Confieso que eres el Cordero de Dios que murió y resucitó para salvarme de la esclavitud del pecado, para darme una Vida Nueva.
Te consagro mi vida entera para que seas mi Señor. Quiero que dirijas mis pasos y pensamientos para hacer tu voluntad. Creo Señor, pero aumenta mi fe.
Hágase, cúmplase, sea alabada y eternamente ensalzada la justísima y amabilísima Voluntad de Dios, sobre todas las cosas. —Amén. —Amén.
Venga a nosotros tu Reino, Señor. (3 veces)
Puedes escuchar este canto y reflexionar en lo que has aprendido.
Nosotros mismos hemos oído y sabemos que éste es en verdad el Salvador del mundo.
Juan 4, 41
